Cine para todo espectador

Cine para todo espectador

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La película “Una aventura extraordinaria”, del director taiwandés Ang Lee, es sin duda una película maravillosa, tanto por su estética como por los mensajes que entrega. Maravillado por la creación, desde pequeño el protagonista busca un sentido a la vida en las diferentes religiones, que lo lleva finalmente a desarrollar una espiritualidad budista. Es, sin duda, alguien que no se deja vencer por la adversidad y que busca sobrevivir en las circunstancias más hostiles que es posible imaginar. Establece, además, vínculos afectivos con las personas y los animales, haciéndose responsable de su cuidado y protección. Hasta ahí la recomendación para todo espectador pareciera razonable. Sin embargo, es una película que no debiera ser vista por menores de diez años. La temática y el desarrollo del guión suponen a un niño o una niña que pueda distinguir realidad de fantasía, de otra manera la película puede despertar ansiedad excesiva. Las escenas del naufragio del protagonista, aunque muy bien logradas, son (o se hacen) extraordinariamente largas. No son pocos los adultos que relatan haber tenido que cerrar los ojos para dejar de ver imágenes que los impactaban en exceso. Las escenas posteriores, en que la soledad y el desamparo son la tónica, también resultan poco apropiadas para niños pequeños, especialmente para aquellos que son hipersensibles o presentan cuadros en que la ansiedad de separación es un tema. La madre de Gloria, una niñita de siete años, relata que su hija tuvo pesadillas durante una semana con Richard Parker, el precioso tigre de bengala con un rol fundamental en la supervivencia del protagonista. Tal fue el impacto que tuvo la película en ella, que Gloria declaró que no quería ir más al cine ni al zoológico. Esto no quiere decir que sea una película negativa para los niños, por el contrario, es una excelente y valiosa película recomendada para niños alrededor de los diez años. Una recomendación “para todo espectador” no puede basarse como único criterio en la ausencia de sexo en una película. El asunto es mucho más complejo. Lamentablemente la violencia en el cine y en la publicidad no pareciera ser un tema para las autoridades. Así las cosas, los padres van al cine con sus hijos pequeños confiados en el criterio de clasificación “para todo espectador” y se dan tardíamente cuenta que el impacto emocional en los niños es negativo y que la visión de una película inapropiada puede ser dañina para sus hijos. A veces resulta difícil sacar al niño del cine cuando la película ya ha empezado, por la frustración que ello implica o porque hermanos mayores pueden negarse a salir de la sala. En otras ocasiones, la película resulta apropiada para todo espectador, pero las sinopsis incluidas en el programa son terroríficas y apropiadas para ningún espectador por el nivel de violencia. Es tiempo que nos preocupemos seriamente de a qué contenidos y a qué imágenes están expuestos nuestros niños en el cine, en YouTube y en la televisión.

Psicóloga Neva Milicic.
Fuente: “Revista Ya” El Mercurio

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