Asumir la paternidad

En las nuevas generaciones de padres afortunadamente hay una conciencia creciente de la importancia del rol que tienen, especialmente entre aquellos que han tenido más acceso a la educación. No solo se involucran sino que disfrutan la relación, con evidentes beneficios para sus hijos y para una mayor convivencia familiar y una distribución más justa de la tareas. Hay pocas variables que aporten más al bienestar emocional de una familia que la presencia de un padre comprometido con la educación y crianza de sus hijos. Este compromiso se refleja en la capacidad de escuchar y hacerse cargo de las necesidades de los niños y en el compartir con la mamá las labores de cuidado y educativas. La compañía y apoyo de la figura del padre entrega seguridad y recursos para enfrentar la vida con una base sólida. A los hijos varones les facilita el aprendizaje del rol del género y la identificación sexual. A las niñas las ayuda a sentirse más seguras en la relación con el otro sexo. Sentirse querida y admirada por el padre pone un brillo especial en su mirada. Un padre atento y preocupado ensancha los horizontes culturales, impulsa a la búsqueda y estimula la creatividad. Pablo, profesor universitario, recuerda: “Cuando era pequeño y la oferta televisiva era escasa, mi papá me llevaba al cine, del cual era fanático, por lo menos dos veces al mes. Era un paseo solo de los dos. Vimos algunas películas tres y cuatro veces. Imagino que para complacerme y no porqué a él le gustara tanto. Estos paseos eran acompañados de unas suculentas y conversadas onces. Mantengo con mis hijos esa tradición y cuando tengo la posibilidad de rever esas películas de la infancia, aún me emociona. Cómo le agradezco que me haya hecho amante del cine”. Virginia, periodista, recuerda que con su padre, una vez al año, se iba ella con sus hermanos a pescar por un fin de semana. Dormían en carpa y hacían vida silvestre. ”No faltó quien dijera que no era panorama para mujeres, pero agradezco que él nunca hiciera diferencia con mis hermanos. Creo que esta actitud de mi padre me ha facilitado muchísimo la relación con mis compañeros de trabajo”, dice. Los recuerdos de infancia se archivan en la memoria autobiográfica y juegan un rol decisivo en la formación de la identidad personal. Entre ellos, los que se relacionan con las experiencias con el padre son de la mayor significación emocional.

Psicóloga Neva Milicic
Fuente: Revista Ya, El Mercurio